Justicia climática

No hay reconstrucción

27/03/23   Tiempo de lectura: 7 min

La construcción resistente a inundaciones ya no ayuda. Una mirada retrospectiva a los intentos de prevención.

Por Thomas Rudhof-Seibert

En Pakistán, las intensas lluvias monzónicas no son nada nuevo, sino que ocurren de manera natural, por última vez en 2010 y 2011. Ya en aquel entonces, a las lluvias siguieron veranos extraordinariamente calurosos, lo que ocasionó que se alzaran las primeras voces sobre el cambio climático. A pesar de que un millón de personas resultaron afectadas, tomó tiempo para que la noticia diera la vuelta al mundo; al final esto ocurrió y la gente reaccionó organizando colectas de dinero que alcanzaron sumas millonarias. En aquellos años, también medico recibió muchas donaciones; tantas, que pudimos viajar a Pakistán por primera vez. L@s compañer@s del People’s Health Movement nos remitieron a la organización de ayuda Health and Nutrition Development Society (HANDS), en Karachi. L@s nuevos compañer@s brindaban ayuda humanitaria de emergencia, distribuian paquetes con alimentos, agua para beber y medicamentos, e instalaban tiendas de campaña y sanitarios. Todavía en los campamentos, hablaron con la gente y con nosotr@s acerca de los planes para una “reconstrucción integral”, que se llevaría acabo en cuanto pudieran regresar a los pueblos.

En primer lugar y sobretodo se necesitaba reconstruir casas; casas que pudieran resistir las corrientes de las inundaciones por venir y no simplemente se vinieran abajo como esas que acababan de perderse. A las casas le seguirían mejores diques y se construirían al fin las escuelas y centros de salud que, en muchas partes, no existían hasta entonces. Parte de esta “reconstrucción integral” era el Programa Marvi.

Una marvi es una especie de enfermera comunitaria, experta en el tratamiento de enfermedades muy presentes en el lugar, pero también en el diagnóstico de otras para cuyo tratamiento había que desplazarse a otra ciudad más grande. La marvi es elegida ahí mismo, en el pueblo, recibe capacitación de HANDS, así como una ración de medicamentos; se convierte, así en una persona importante y reconocida en su comunidad.

Por último, la reconstrucción integral también contemplaba la creación de comités y asociaciones destinadas a fortalecer el cuidado mutuo, así como la cohesión social, especialmente preparadas para actuar en caso de la llegada de otra onda de calor o de otra inundación. Para ello, su equipamiento con artículos de ayuda y herramientas resultaba crucial: HANDS inauguró “centros de protección frente a catástrofes” en varias capitales distritales, con áreas de campamento, cobijas, filtros de agua y otros objetos. Cuando en 2014 un nuevo monzón impactó con fuerza, se hizo evidente qué tan positiva e indispensable resulta la prevención; ayuda para el apoyo mutuo, para seguir adelante.

¿Resistente a indundaciones?

En 2022 ocurrió una nueva inundación en Pakistán. Las corrientes de agua eran más intensas que nunca, con lluvias que no cesaron durante cuatro meses, de julio hasta entrado noviembre. La casas construidas a manos de HANDS se mantuvieron en pie durante más tiempo de lo que casas construidas de manera tradicional habrían resistido; en muchos lugares la gente sabía qué hacer, así como cuándo había que retirarse y a dónde. No obstante, al final del día esto no resultó de ayuda. O, en todo caso, no de mucha. En algún punto, las casas terminaron por sucumbir, si bien hoy puede verse aquí y allá alguna todavía en pie. La denominación “resistente a inundaciones” no significaba –ya que esto era imposible– que pudieran resistir meses de lluvia constante y un estancamiento de agua de varios metros de altura; casas de ese tipo no existen.

Cuando ya no son un millón (como en 2010), ni tampoco cinco millones (como en 2011), sino 30 millones (como en 2022) las personas que al menos temporalmente se han quedado sin hogar, no hay centros de protección frente a catástrofes que puedan ayudar. Ni siquiera si hubiera más de ellos, como los que HANDS habría podido construir, equipar y mantener. Cuando la insalubridad crece de tal modo que millones de personas padecen de diarrea, fiebre o enfermedades de la piel, no hay manera en que las marvis puedan asistir a l@s enferm@s, ni aunque hubiera tres veces más de ellas. Ni siquiera la organización de ayuda más grande, mejor equipada y con mayor motivación puede ayudar cuando la cosecha del año en curso y del siguiente se declara perdida; cuando 800 mil reses, cabras y ovejas mueren ahogadas o a causa de la ingesta de agua contaminada.

¿Qué va a hacer ahora HANDS? ¿Qué va a hacer ahora Edhi Foundation, la segunda organización contraparte de medico en Pakistán, también activa en todo el país? Ambas están reactivando ahora y de manera inmediata su ayuda humanitaria de emergencia; medico apoya a HANDS en la instalación de plantas de purificación de agua para beber, diseñadas y producidas en Pakistán: esto ya estaba contemplado, de cualquier forma. HANDS volverá a construir casas: quien haya perdido su casa, necesita una nueva y tanto HANDS como Edhi ayudarán en ello.

Distopía climática

No obstante, esto no puede continuar así. Mientras que se sabía que las inundaciones de 2010, 2011 y 2014 “tenían que ver de algún modo con el cambio climático”, esto a quedado fuera de toda duda en el 2022: el cambio climático está aquí y llegó para quedarse. Pakistán ha designado por ello a una Ministra de Cambio Climático, su nombre es Sherry Rehman. Ella habla de una “distopía climática”; no ha solicitado ayuda al mundo, sino exigido reparaciones, pues no es Pakistán, sino Estados Unidos y China los responsables de las inundaciones bajo las que yace hoy el país. Ella no recibió respuesta a este respecto, sino promesas de ayuda para el país. Sin embargo, la ayuda no servirá de nada. Sherry Rehman está deconcertada, así como lo están HANDS y Edhi. El desconcierto pesa también sobre el sindicato NTUF, tercera organización contraparte de medico en Pakistán, que lucha desde hace décadas por la democratización del país; a su modo, HANDS y Edhi contribuyen también a esta lucha.

¿Pero cómo puede democratizarse a un país que desde ahora y de manera recurrente –en eso están tod@s de acuerdo– quedará bajo las aguas de inundaciones cada vez más fuertes? ¿A un país cuyas exigencias de reparación no reciben respuesta?

Por ello, HANDS y medico han acordado algo nuevo. Daremos dinero en efectivo a l@s damnificad@s a l@s que podamos llegar, el uso del dinero dependerá de ell@s. El monto no alcanzará para construir nuevas casas; tampoco para mudarse a Karachi, una metrópoli de 30 millones de habitantes que sufre desde hace años de olas de calor cada vez más intensas, a veces de hasta 50 grados centígrados. No será suficiente tampoco para llegar a Irán y de ahí a Turquía, el país que Europa financia para mantener a distancia a refugiad@s. Sólo alcanzará para dar los primeros pasos, sea a donde sea que ellos conduzcan; nadie sabe hacia dónde, nadie sabe qué sigue. HANDS construirá casas de nuevo. En Alemania, los activistas climáticos que vertieron pintura negra sobre el monumento por nuestros derechos fundamentales de Dani Karavan, fueron tachados de “talibanes” por diputados del Parlamento Federal. Pocas horas más tarde, la estatua estaba limpia otra vez.

Traducción: Benjamín Cortés

Lo queramos o no: el mundo está en curso hacia una transformación completa a la que sólo haremos justicia buscando transformarlo por completo. Medico apoya con esta finalidad a islas de razón, así como a impulsos para la creación de alternativas a la destrucción imperante, en Pakistán y en otros lugares.


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