Avanzar sin olvidar el pasado

Formación psicosocial para la transformación social: el Centro Antonio Valdivieso (CEAV) en Nicaragua

03/11/11   Tiempo de lectura: 3 min

Desde los años de lucha contra la dictadura somocista, medico ha apoyado a la sociedad civil nicaragüense en sus esfuerzos por llevar a cabo el cambio social y político en el país. Tras el ímpetu revolucionario de los años ochenta, llegó la desilusión liberal de la década de 1990 y se abrió un debate sobre juicios errados, relaciones globales de poder y el papel de las dinámicas psicosociales. “Para poder comprender y elaborar la historia de uno mismo, es preciso analizar también la historia del país”, explica Marta Cabrera, directora del centro ecuménico fundado en 1979 que ofrece un “programa de formación psicosocial para la transformación social” en varias regiones de Nicaragua. Entre los participantes se encuentran organizaciones de base y multiplicadores que aspiran al cambio social. El proceso de formación, estructurado en varios talleres que se imparten a lo largo de un año, es el resultado de las experiencias acumuladas por el CEAV durante toda una década de trabajo psicosocial. Punto de partida para el proyecto fue la constatación de que la gran cantidad de talleres comunitarios y proyectos locales de desarrollo relacionados con temas como la cogestión, la cuestión de género o la sostenibilidad ecológica en Nicaragua, apenas obtenían resultados positivos. Tras preguntarse por los motivos de la falta de iniciativa de muchas personas para cambiar activamente su vida y la situación social, llegaron a la conclusión de que Nicaragua es un país “herido” por los radicales cambios sociales y las muchas catástrofes naturales sufridas en las últimas décadas. Muchas personas lucharon de diversas maneras a favor de la revolución sandinista y el cambio social, y tuvieron que asimilar por sí solos la derrota, ya que no existía un espacio colectivo en el que poder expresar el dolor, la tristeza y tantas otras emociones acumuladas a lo largo de años de sacrificio y esfuerzo y poder así dar un nuevo significado a las experiencias vividas. Muchos participantes, al hablar du sus pérdidas, empezaron también a abordar otros problemas que hasta entonces habían permanecido ocultos. Una mujer de León, por ejemplo, explicó: “Me duele mucho haber perdido mi casa, pero peor aún es no poder dormir por el miedo a que mi marido se meta en la cama de mi hija y la acose”.

El CEAV decidió plantear un enfoque pluridimensional con el fin de fortalecer el trabajo de las organizaciones sociales y los sujetos que actúan en ellas. “Quisimos poner sobre la mesa los temas que nadie estaba tratando: lo subjetivo, lo psicológico, lo espiritual”. Partiendo de la base de la complejidad de la realidad social y las experiencias vividas, se trata de desarrollar un concepto holístico, que no equipare desarrollo con crecimiento económico y no considere a la sociedad como un sujeto independiente de los individuos que la conforman. Fue preciso también analizar críticamente las estructuras institucionales. “En Nicaragua, muchas organizaciones quieren llevar a cabo una operación de corazón con el machete”, dice Marta Cabrera. “Quieren cambiar el mundo, pero al mismo tiempo se perpetúa dentro de las organizaciones un estilo de dirección anticuado que hace que todo cambio resulte imposible”. Los talleres ofrecieron la oportunidad de analizar y debatir las consecuencias de la revolución y el acelerado cambio social propiciado por el proceso de globalización en los últimos 20 años. Asimismo, sirvieron de ayuda para comprender, por qué es absolutamente imprescindible reconocer el pasado “para poder avanzar hacia el futuro con paso firme”.


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