medico se une en una red mundial de actores del ámbito de la salud con el fin de imponer un marco legal mundial. Una visión general sobre movimientos, redes y plataformas. Por Thomas Gebauer
La liberalización del flujo internacional de dinero y mercancías, la depredación de los recursos naturales, el cambio climático, las constantes y crecientes diferencias en los ingresos y patrimonios - todo esto influye sobre la situación de la salud de las personas y se extiende más allá de las fronteras. Por consiguiente no debe sorprender que los políticos, científicos, periodistas y actores de la sociedad civil se expresen cada vez más frecuentemente sobre la salud mundial. Por supuesto que, visto en detalle, es posible observar diferentes interpretaciones e intereses divergentes. Mientras que los gobiernos consideran que la salud global suele incluir sólo un grupo de medidas para la protección de la población propia (por ejemplo ante pandemias) o el fomento de la exportación de productos sanitarios provenientes de la industria del país, medico y sus contrapartes se refieren a una dimensión universal de la salud, tal cual se establece en los convenios de derechos humanos.
Se trata de establecer las condiciones para que todas las personas gocen de la mejor salud posible, lo cual fue el anhelo de la Organización Mundial de la Salud ya en 1948, el año de su fundación. Para hacer realidad este objetivo debe comprenderse la salud como un bien común global, cosa que sólo se podrá alcanzar a través de una responsabilidad internacional. Una política sanitaria mundial no puede limitarse solamente a beneficencia. No debe consistir únicamente en la asistencia a los necesitados, como es común en la actual política de desarrollo, ni tampoco en los esfuerzos basados en políticas de seguridad destinadas a mantener apartada a la población pobre con sus problemas de salud de las regiones prósperas del mundo. El objetivo que medico se ha impuesto es lograr la salud para todos, o sea una salud global.
La pobreza trae consigo enfermedad y la enfermedad empobrece. Partiendo de este fundamento, medico publicó ideas ya en el año 2001 para lograr una financiación de la salud solidaria y transfronteriza. Desde ese entonces hemos desarrollado sistemáticamente nuestras recomendaciones y hemos ampliado nuestras actividades en temas de la salud global hasta convertirlas en una de las áreas prioritarias de nuestra labor. En la actualidad, más de 100 millones de personas al año caen por debajo del umbral de pobreza, porque no cuentan con ningún seguro solidario y deben pagar los servicios de salud de su propio bolsillo. Para acabar con este círculo vicioso, el acceso a la salud debe desvincularse del patrimonio privado y del poder adquisitivo de las personas. La idea formulada por medico en 2001 se basaba en una "equiparación financiera global", un instrumento vinculante de derecho internacional, basado en aportes obligatorios de los países ricos, que lograría captar fondos suficientes para mantener sistemas de salud también en los países pobres.
Lo que en aquél entonces provocó irritación y sonrisas de conmiseración en no pocos representantes de las políticas de desarrollo oficiales constituye hoy un tema de las disertaciones científicas y crecientemente también de la política internacional. Mientras tanto, las ideas referentes a una financiación solidaria de la salud han pasado a formar parte de los debates de la Asamblea General de las Naciones Unidas y, hace poco tiempo atrás, el Director de Salud del Banco Mundial reconoció que a largo plazo será necesario implementar una equiparación financiera internacional mediante acuerdos vinculantes. Esta disposición a reflexionar sobre un cambio de paradigmas en la financiación de la salud, hasta ahora guiada por intereses, no sido una casualidad. En efecto, medico ha venido trabajando durante años para lograr este cambio, en colaboración con otras partes. A fin de impulsar cambios estructurales, es necesario contar con mucha paciencia y colaboradores competentes.
Dado que la responsabilidad global no representa sino un término atractivo carente de sentido mientras no se cuente con el marco legal respectivo, medico trabaja conjuntamente con activistas de la salud, expertos en derecho internacional e instituciones de salud pública en todo el mundo a favor de un "Convenio Marco para la Salud Global". Solamente a través de un convenio que se base en los principios de universalidad, solidaridad y democracia, será posible establecer de manera vinculante lo que significa una responsabilidad global en el tema de salud. El objetivo debe consistir en dar preferencia al derecho universal a la salud frente a los intereses económicos particulares, creando así las condiciones para que todas las personas, en cualquier lugar del mundo, gocen de las condiciones necesarias para el desarrollo de una atención de la salud autodeterminada y democráticamente constituida. La primera iniciativa para un Convenio Marco para la Salud Global ("Framework Convention on Global Health"), en la cual medico participó desde sus inicios, se ha convertido entretanto en una plataforma que funciona a nivel mundial y que en 2013 puso por escrito sus principios.
Únicamente es posible hablar sobre un acceso general a la atención de la salud cuando también se atiende a todos aquellos que no pueden asumir los costos por sí mismos. La financiación solidaria constituye el prerrequisito para lo que hoy en día discuten los responsables de las políticas sanitarias y los activistas de la salud bajo el término clave de cobertura universal de la salud - CUS (Universal Health Coverage - UHC). Con toda razón, muchos socios de medico en el Sur temen que sus gobiernos respectivos consideren la CUS solamente como una especie de medicina para los pobres: la población pobre debe contentarse con una atención mínima, mientras que el sector de las aseguradoras privadas sigue obteniendo ganancias. En cooperación con Medicus Mundi International (MMI), una red de organizaciones sanitarias activas en la política de desarrollo, medico publicó una opinión crítica sobre el tema de la CUS, en la cual señala los riesgos y oportunidades de esta idea.
Es necesario analizar críticamente la cobertura universal de la salud, ya que este concepto podría convertirse en un punto de los llamados Objetivos de Desarrollo Post 2015, los cuales se negocian actualmente a nivel internacional para sustituir a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, ya es posible prever que los jefes de Estado y de Gobierno solamente podrán concordar en objetivos pragmáticos al finalizar el proceso Post 2015. Combatirán, por ejemplo, algunas enfermedades aisladas como la diabetes mediante insumos de tecnología médica y farmacéutica, pero no se ocuparán de una prevención estructural a través de una regulación de la industria internacional de alimentos y bebidas.
Los futuros objetivos de desarrollo deben basarse en los derechos humanos: ésta es la premisa que recalcan medico y Go4Health, una red de organizaciones de base e instituciones de investigación de todo el mundo. Para lograr poner en práctica una atención de la salud adecuada y socialmente justa es necesario realizar intervenciones estructurales que posibiliten la redistribución social y la participación democrática. Go4Health ha asumido como tarea registrar estos cambios fundamentales mediante indicadores. El primer informe parcial se presentó en Copenhague en el año 2013.
Los cambios sociales necesitan contar con una opinión pública activa. Esto es válido también para la introducción de un derecho a la salud, por el cual abogan los activistas y los movimientos sociales en todo el mundo. El principio del movimiento ambientalista - "pensamiento global, acción local" - no ha logrado alcanzar hasta el momento una importancia estratégica en las luchas a favor de los derechos sociales y la democracia. Contrariamente a lo sucedido con la globalización económica, mediante la cual se ha extendido el sometimiento del hombre y la naturaleza a los dictados de la puesta en valor y el control político hasta los más lejanos rincones de la Tierra, todavía no se ha logrado hacer realidad el proyecto de una opinión pública transnacional independiente, que podría intervenir eficazmente a favor de una política sanitaria global alternativa.
Para fomentar este proceso, durante los últimos años medico ha invitado en diversas oportunidades a activistas de la salud de todo el mundo a participar en talleres. Luego del primer intercambio en Delhi, se realizó otro encuentro en Roma en 2013. El objetivo consistió, entre otros, en el desarrollo de estrategias conjuntas y transnacionales. En estas circunstancias, los activistas constataron las grandes diferencias de percepción sobre temas tan centrales como derechos humanos, solidaridad, bienes comunes, participación, etc. Para poder constituirse como un movimiento transnacional de la salud es necesario desarrollar en primer lugar un lenguaje común - un proceso que recién se inicia.
En uno de los talleres expresamos que "la gobernanza global de la salud comienza por casa" ("Global Governance for Health starts at home"). Ya que las condiciones marco globales para la salud continúan decidiéndose a nivel de Estados nacionales, un compromiso a favor de la salud global conlleva lógicamente también una confrontación con la política del país propio. Con el fin de fomentar aquí la conciencia de la opinión pública sobre la estrecha relación entre la salud global y la nacional, se fundó en el 2012 la Deutsche Plattform für globale Gesundheit (Plataforma Alemana para la Salud Global), partiendo de una iniciativa de los colaboradores y colaboradoras de medico, asociaciones sociales, sindicatos, organizaciones de política de desarrollo, las ciencias y los movimientos sociales.
Para el desarrollo de alternativas políticas y estrategias comunes, también se necesitan procesos conjuntos de aprendizaje. Su alcance queda ilustrado por la reacción de la plataforma ante un concepto interministerial presentado por el Gobierno Federal en 2013 relativo al tema "Política sanitaria global". A diferencia del concepto del Gobierno Federal, la plataforma subraya la necesidad de una política estructural internacional, que se centre en los derechos humanos universales y que al mismo tiempo se ocupe de regular los intereses particulares, es decir, económicos.
La política sanitaria no debe limitarse a la cura de los síntomas, sino más bien ocuparse de los orígenes de la pobreza y la enfermedad. Solamente una concepción global e interdisciplinaria de la salud, que tome en consideración debidamente los factores políticos determinantes para la salud, puede llegar a satisfacer las exigencias complejas y dinámicas de la salud global.