40 años de Medico International: ante la globalización neoliberal, la solidaridad y la ayuda deben cambiar.
Antes incluso de que el brote de gripe en América dejase patente que en un mundo globalizado la seguridad no puede garantizarse con políticas aislacionistas, el filósofo alemán Peter Sloterdijk acuñó el término "co(in)munismo", en el que se combina tanto la protección frente a la enfermedad como el aspecto comunitario del comunismo. El "co(in)munismo" traza una relación entre salud, bienestar y comunidad. Con ocasión de su 40 aniversario, Medico International se propuso en 2008 identificar un nuevo marco en el que se describan las nuevas formas de interdependencia global y los intereses comunes que de ellos se derivan para basar en él sus actividades futuras. ¿Cómo redefinir ayuda y solidaridad a la luz de las condiciones actuales, y qué supone esa redefinición para la puesta en práctica de la ayuda? Tales son las preguntas que Medico ha abordado en el marco de pequeños y grandes eventos junto a sus contrapartes y colaboradores en las regiones donde están en marcha los proyectos.
Cabe destacar en este sentido la conferencia "Solidaridad hoy" organizada por Medico en mayo de 2008 en Francfort del Meno.
La miseria de los otros
El teólogo Michael Ramminger abordó durante la conferencia un fenómeno que ha empezado a manifestarse también en los países privilegiados como consecuencia de la crisis: las diversas formas de "filantropía controlada" que proveen con lo indispensable al creciente número de excluidos y cubren así las lagunas del estado social. Un ejemplo de ello son los comedores de beneficencia. En 1997 había 90 en toda Alemania. Más de diez años después, esa cifra casi se ha decuplicado. 30.000 voluntarios distribuyen en Alemania anualmente 100.000 toneladas de alimentos y asisten con regularidad a 480.000 personas. Este enorme crecimiento de las organizaciones de beneficencia apunta a una equiparación estructural de la situación en todo el mundo. La creciente brecha social se intenta cubrir con altruismo bienintencionado mientras el derecho a la ayuda y a una vida digna sigue perdiendo terreno. Según Ramminger, es cierto que la miseria de los excluidos está constantemente presente en los medios, pero no es menos cierto que "imagen a imagen, crónica a crónica se va convirtiendo de manera natural en la miseria de los otros". La explotación y la marginación dejan así de ser causas reconocibles, ocultas tras un orden que se interpreta como natural e inmutable. Esto, a su vez, tiene consecuencias para la ayuda, también a escala global. Según Ramminger, "hace tiempo que este proceso se ha extendido ya a las grandes organizaciones de ayuda y a muchas ONGs, cuya fantasía no va más allá del próximo proyecto“. La compasión y la simpatía se reducen al espacio inmediato en el que se presta la ayuda. El derecho a disponer de derechos queda entonces limitado al derecho a recibir alimento. Así limitada y constreñida, la filantropía se ve excluida de otros "núcleos de discusión del poder".
Entre iguales
Pese al grave declive del bienestar en la situación de los marginados, las similitudes estructurales resultan evidentes en el carácter irremisible de la exclusión y la consiguiente pérdida de participación y reconocimiento social, con las consecuencias psicosociales que ello conlleva tanto aquí como allí para los afectados. Es algo que debe tenerse en cuenta si se desea una redefinición de la actividad solidaria. A poco que se analice el trabajo de Medico International durante los últimos años podrá observarse que la ayuda concreta a las personas necesitadas y la defensa activa de los derechos humanos han ido siempre de la mano en sus actividades. Con la globalización del Norte y el Sur, sin embargo, la situación cambia también para Medico. Bien es cierto que la solidaridad sigue siendo hoy una cuestión de redistribución, pero se convierte cada vez más en una solidaridad entre iguales, o al menos entre quienes están por igual amenazados: por una catástrofe ecológica, cuyas consecuencias afectarán a todos por igual: por las patentes y la privatización del conocimiento, que comercializan el vital acceso a medicamentos y semillas; por nuevas formas de marginación que legitiman la desigualdad promoviendo la xenofobia y los escenarios catastrofistas. A la hora de debatir tales cuestiones estarán siempre en desventaja quienes apuestan por otra política y por la adaptación de las medidas a los contextos concretos en lugar de aplicar fórmulas de supuesta validez universal como la del libre mercado. Por eso, los críticos del neoliberalismo y de los supuestos automatismos parecían derrotados antes de la crisis. Ahora, las contrapropuestas al modelo de libre comercio (descritas por la activista pro derechos humanos Vandana Shiva como "Commons" durante la conferencia de Medico) se antojan mucho más plausibles. Estos commons (bienes comunes y áreas políticas y económicas que la mano pública debe regular por el bien común) se sitúan en el centro del debate en torno a la redefinición de la solidaridad dentro de una nueva globalización de signo más humano. Sólo cabe considerarlos a nivel global si todos podemos decidir conjuntamente sobre tales bienes.
Áreas de esperanza
Además del debate teórico en torno a estas cuestiones, Medico International procuró crear espacios ejemplares para el debate en los proyectos y actividades llevados a cabo a lo largo de 2008. Tema principal de los mismos fueron las nuevas formas de redes de solidaridad, cuya influencia se extiende al ámbito global. Entre ellas cabe contar el Movimiento para la Salud de los Pueblos (PHM, por sus siglas en inglés), del que Medico International forma parte. Gracias a la insistente labor de este movimiento han ganado terreno dentro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) quienes entienden la salud en su dimensión común y comunitaria. En 2008 se cumplieron 30 años de la conferencia de Alma Ata, orientada al bien común en el ámbito de la sanidad bajo el lema "Salud para todos". Con ocasión del trigésimo aniversario, la OMS (asistida por expertos en salud del PHM) publicó el informe sobre determinantes sociales de la salud, que reclama el retorno a los principios definidos en Alma Ata. En él se describe de nuevo la salud en función de aquello que la define en primer lugar: las circunstancias sociales, culturales y democráticas del individuo. Frente a los estragos provocados por la privatización de la salud aparecen ahora otros principios y otra percepción de la salud y de lo que significa ser persona. En este contexto cabe entender la segunda edición de Global Health Watch. Este informe alternativo sobre el estado de la salud mundial tiene una enorme importancia para la salud comprendida como bien público a escala global, ya que analiza críticamente las actividades de las instituciones globales que influyen directamente sobre la salud y las políticas sanitarias, desde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional hasta la Organización Mundial de la Salud. Dentro de ese marco global se desarrollaron en 2008 las actividades de la Universidad Internacional de Salud de los Pueblos. La universidad forma a médicos, trabajadores del sector sanitario y activistas en cuestiones concretas como el posible diseño de la sanidad vista como bien común; la ética sanitaria que cabe desarrollar; y el modo en que en ella pueden conservarse y desarrollarse las experiencias del movimiento a favor de la salud. Cabría mencionar a este respecto otras muchas actividades de Medico en la lucha por la libertad de patentes y la producción local, y en favor del acceso generalizado a los medicamentos más necesarios. Pero también las manifestaciones embrionales de un seguro solidario universal, evidentes en el apoyo de un seguro de enfermedad para los más pobres de entre los pobres en Bangladesh o en un fondo social para pacientes en El Salvador. ¿Pueden surgir alternativas globales de estos laboratorios experimentales? La respuesta a esta pregunta, como dijo Karl-Heinz Roth durante la conferencia de Medico, es "muy vaga e incierta". Aun así, los procesos de apropiación social justifican la esperanza pese a las tendencias catastróficas, según el propio Roth.
Bienes públicos globales
Algunas ponencias de la conferencia "Solidaridad hoy"
Las ponencias de la defensora de los derechos civiles Vandana Shiva, del escritor Ilija Trojanow y del historiador social Karl-Heinz Roth fueron presentadas en 2008 en el transcurso de la conferencia "Solidaridad hoy" organizada por Medico. http://www.medico.de/themen/vernetztes-handeln/40jahre/
Vandana Shiva: Contra el miedo
Si comprendemos que la diversidad no supone un obstáculo para la solidaridad, se abrirán ante nosotros nuevos caminos, nuevas formas de vivir en este mundo. Debemos reclamar para nosotros el derecho a definir qué significa ser persona en este planeta en 2008. Nosotros lo llamamos "democracia terrena". Para conseguirlo, debemos poner de nuestro lado a todos aquellos a los que se les niega el alimento o son víctimas de la injusticia de las guerras que se libran en el planeta. Y al tiempo que buscamos conjunta y solidariamente soluciones, debemos continuar oponiéndonos sin desfallecer al robo de nuestra riqueza común. La resistencia final es resistencia contra el miedo.
Ilija Trojanow: La humanidad visionaria
Sólo si conseguimos desarrollar una humanidad visionaria podremos hacer de nuestra empatía, de esa solidaridad nuestra que se manifiesta de inmediato ante una catástrofe, una lucha contra la violencia institucionalizada y contra los problemas fundamentales que provocan o exacerban las catástrofes. Con todo, arrastramos desde el siglo XIX una retórica hipócrita en lo que al trato con culturas y religiones no europeas se refiere. Esa retórica se sitúa en el arranque mismo del gran proyecto liberal que nos fue inculcado en la escuela. Uno de los teóricos destacados del liberalismo fue John Stuart Mill. En sus escritos defendía la universalidad de los derechos humanos. En otros textos, sin embargo, acotaba que esta universalidad, por supuesto, no era extensible a los indios. De este modo, la contradicción de comienzos del siglo XIX se ha perpetuado hasta nuestros días: una ley para nosotros y otra distinta para los demás. La increíble posibilidad de una humanidad visionaria radica, por el contrario, en la aceptación de que aquello que nos es importante sólo surge a partir de un intercambio dinámico, continuado y fértil, que a su vez sólo puede eclosionar al fundirse con lo que en ese momento le resulta extraño. En el siglo XXI, el peligro no radica tanto en una alienación excesiva como en el riesgo de que se agote lo que nos es ajeno.
Karl-Heinz Roth: Apropiación social
La apropiación social viene desarrollándose desde hace 20 o 30 años principalmente en contextos locales y regionales para resistir la nueva oleada capitalista. Abarca desde los movimientos de los sin tierra a la apropiación social de sistemas de garantía que pasan a ser autogestionados. Hace tiempo que estas tendencias locales y regionales han trabado contacto entre sí. Están vinculadas a través de redes de contacto y de las estructuras de los movimientos sociales que trabajan en su seno y que las representan, cooperan con ellas y les prestan ayuda. Entre estos movimientos me atrevo a incluir a Medico. La apropiación social no tiene en principio apenas valor si no se cimienta, si no alcanza rango de ley, si no se institucionaliza. Precisamente ahí puede encontrarse la función de las redes de contactos y de los movimientos sociales: en la vinculación y coordinación de iniciativas globales, y también en la creación de estructuras que procuren legalizar los avances así obtenidos para evitar que el camino recorrido pueda ser desandado.